jueves, 17 de septiembre de 2009

Así, sí

Bueno, dos partidos arrollando y parece que, por fin, Escariolo se ha dado cuenta de que este equipo necesita libertad y alegría y no encorsetarlo en ese baloncesto prefabricado que pretendía imponer. Rotaciones, las justas. Responsabilidad para los que la piden a gritos: Pau (enorme), Navarro (sublime por momentos) y Rudy (haciendo lo que el equipo necesita). Alrededor de ellos, un Ricky que se va centrando por momentos y que va entendiendo que no hay que hacer todo lo que uno sabe en cada partido, Raúl soltándose poco a poco, Garbajosa que vuelve a recordar al que era hace tres años y Mumbrú jugando sus minutos como si la vida le fuera en ello. De Felipe Reyes qué voy a decir, juegue pocos o muchos minutos, siempre lo hace bien. Y del resto, lo mismo, cuando han tenido que dar el callo lo han dado, para bien y para mal. Aunque esperaba ver más minutos a Claver, pero de eso ya hablaremos.
Espero que ahora ni Sáez ni Escariolo se cuelguen las medallas. Aquí los únicos protagonistas son los jugadores. Ya sabemos de lo que son capaces estos dos.
Pues eso, ahora que nos toque Turkia en semifinales. Una revancha (deportiva, por supuesto) nos vendrá bien.
Mañana más y con más calma.
Que disfruten.

martes, 15 de septiembre de 2009

Sangre, sudor y lagrimeo

Empezaré por la última palabra y sí, lo he escrito bien: "lagrimeo". Eso es lo que hizo ayer el presidente de la federación española de baloncesto, echar unas lagrimitas disfrazadas de palabras de coraje y para que pareciera que él siempre da la cara. Pero, vamos a ver, ¿a quién quiere engañar a estas alturas de la película?. Lo que más me molesta de esta clase de pájaros es que deben de pensar que somos idiotas y que nos creemos la primera "gilipollez" que nos sueltan. Luego ellos se quedan tan tranquilos pensando que son unos genios. Decía Frank Herbert en una de sus novelas que "aquellos que llegan al poder piensan que éste (el poder) derriba todas las barreras incluida la de su propia ignorancia. Pero la verdad es que no es así, siguen siendo ignorantes y es esa ignorancia la que los hace atrevidos, carentes de verguenza y faltos de la más mínima sensibilidad y respeto hacia los demás. Que con su pan se lo coman (y si pudiera ser que se les indigeste).
La sangre y el sudor lo han puesto esta tarde los jugadores que han hecho, por fin, un partido que nos ha llevado de nuevo a creer en ellos. Aunque empezaron mal y agarrotados, presos de unos sistemas que los encorsetan, cuando se dieron cuenta de que estaban perdiendo la última oportunidad de reivindicarse, como por arte de magia (más bien de rabia) el equipo se olvida de consignas y empieza a defender como lo hacía con Aito y con Pepu, a correr y a hacer ataques rápidos y contraataques (aquel mate de Pau posiblemente fue el momento de inflexión) y en un visto y no visto le endilga un 23-0 a los pobres lituanos que hasta ese momento se las prometían muy felices. Partido acabado, los lituanos miraron las caras de los nuestros y lo único que pudieron ver fue la palabra "victoria" escrita en la frente y el fuego de la determinación llameando en los ojos.
A un buen entrenador le lleva tiempo hacer bueno a un equipo mediocre, pero a uno malo le lleva muy poco tiempo hacer mediocre a un gran equipo. Claro que, como dije ayer, de vez en cuando los jugadores deciden ser ellos mismos y olvidarse del entrenador. Eso es, a mi entender, lo que hicieron esta tarde los nuestros. Bien por ellos.
Y las lágrimas de verdad las hemos puesto los aficionados, primero de rabia, verguenza e impotencia y después de alegría y satisfacción.
Ahora sólo falta que los árbitros (se merecen una entrada aparte) nos midan por el mismo rasero que a los demás (esa es la fuerza de nuestra federación en Europa: ninguna) y así será posible que el oro venga a España. Luego el mérito se lo podrán los "trepas" de turno, pero ya no nos engañan. Creemos en los jugadores y estos, al final como han demostrado hoy, no nos defraudarán. Seguro.
Que tengan un buen día.