miércoles, 2 de septiembre de 2009

Se acabó el culebrón

Acabó la película y, parece ser, con final feliz. Pero..., siempre hay un pero, ¿ha sido la mejor solución?.
En mi modesta opinión, la postura que adoptaron al principio de esta especie de "vaudeville", los asesores de Ricky Rubio fue errónea. Sobre todo porque pensaron que el chico saldría elegido en el nº 2 del draft NBA (así se desprende, leyendo entre líneas, de las últimas declaraciones del propio jugador). Cuando salió en el nº 5, empezaron a cometer una serie de errores en cadena que les llevó a una absurda huida hacia adelante; a) Querían ir a la NBA a toda costa, b) Ya no querían ir a la NBA a toda costa, c) Querían quedarse en Europa, d) No querían salir de Barcelona, e) Jugarían en el Juventud, f) Les interesaba un equipo grande, pero en el Madrid no crecería como jugador, g) Ficha por el Barcelona. Demasiados cambios.
Lo que para mi tiene más visos, después de leer y releer las declaraciones de unos y otros, de realidad es que el jugador se sintió frustrado al no ser elegido por un equipo medio-alto de la liga norteamericana en un número priviligiado y, claro, se le vinieron abajo todos los planes y combinaciones que habían hecho y se quedaron con el culo al aire y sin, al parecer, plan B.
A partir de ahí intentan dar marcha atrás en algunas cosas que, se dan cuenta, han hecho mal. Pero el daño está hecho. Intentan entonces un acercamiento imposible al Juventud (el club se siente ninguneado y traicionado por el jugador) y como represalia el jugador no acepta la oferta del Madrid. LLegan entonces dos ofertas más: la del Barcelona y en última instancia la de Minnesota. Pero ahora ya parece ser ¿? que al jugador no le interesa la NBA (mediano cabreo el de David Khan, a lo mejor en vez de dos años sin ir allí van a ser muchos más) y decide aceptar la del Barcelona. ¿Fin?
De todo esto sólo se libra que el jugador se queda en España y durante dos o tres años más vamos a seguir disfrutando de su juego. Al final él y su entorno se han dado cuenta de que era demasiado pronto para ir a la NBA. A riesgo de parecer reiterativo insisto en el ejemplo de Rodríguez (Sergio) y Fernández (Rudy). El primero se fue con 18 años, dejó de progresar y hacerse un nombre en Europa y fracasó en la NBA. Ahora ha cambiado de equipo y tendrá que empezar de cero, pero con la etiqueta de "reserva" pegada en la frente. El segundo se quedó, se hizo grande en Europa y cuando llegó a Estados Unidos ya era un jugador con caché y reconocido. Ya ha puesto las primeras piedras de lo que va a ser una larga carrera llena de éxitos. Creo que, al final, Ricky y su entorno se han dado cuenta de que lo mejor es que se quede dos o tres años en Europa, gane títulos con el Barça y con la Selección y se acabe de formar, sobre todo como persona, al fin y al cabo es sólo un "niño" de 18 años que peca de "soberbia" (el peor de los pecados) cuando dice que el Juventud debería estarle agradecido.
Curiosamente nadie, ni periodistas, ni clubes, al menos públicamente, ha pedido opinión al hombre que mejor conoce al chico, que no es otro que Aito García Reneses. Él le dio la oportunidad de debutar con 15 años y mientras fue su entrenador llevó con una corrección impecable su evolución, tanto deportiva como extradeportiva. Me gustaría saber su opinión sobre el tema.
Larga vida al basket.
Saludos