Menudo lio el que se ha montado en Badalona. Todo el mundo opina y nadie se pone de acuerdo. También es verdad que la mayoría de los que opinan no tienen ni idea de cómo está el tema y dicen lo primero que se les ocurre.
Lo que está claro es que hay un contrato firmado entre las dos partes, por el que si el jugador quiere irse de Badalona tendrá que abonar 5,7 millones de €. Entiendo que cuando se firma un contrato (en el que se incluyen todo tipo de cláusulas previendo cualquier posible desacuerdo futuro), las dos partes están de acuerdo en los términos del mismo, si no, sería estúpido firmarlo. Lo que pasa a menudo es que los representantes (o el llamado entorno del jugador) sólo ven el dinero que van a ganar en ese momento y piensan que aunque la cláusula de rescisión sea alta, ya habrá tiempo para remediarlo, normalmente denunciando en un juzgado que la cantidad es desorbitada. Así que no me creo eso de que “de palabra” le prometieron al jugador que si se iba a la NBA le rebajarían la cantidad a pagar. Si así fuera estaría escrito en el contrato.
Lo que, a lo mejor, ha ocurrido es que Ricky y su entorno pensaban que saldría elegido en el nº 1 o 2 del draft de la NBA, con lo cual podrían negociar con el Juventud y así rebajar en lo posible la cantidad, al ser el jugador el que tendría que pagarla. Pero, hete aquí, que sale en el nº 5, con lo que su sueldo no le da para pagar la cláusula y el club de la NBA no puede hacerlo pues tiene un tope para gastar (creo que es de 500.000 dólares). Y, claro, habiendo hecho antes una maniobra sucia como fue la de denunciar al club (se tomaron la medicina antes de estar enfermos), de pronto se ven en una encrucijada. Retiran entonces la denuncia, pero el daño ya estaba hecho. En el Juventud piensan que el jugador (mal asesorado, sin duda) ya no puede jugar en el club que le ha formado y que le ha hecho ser todo lo que es, así que deciden traspasarlo a un club europeo. La mejor oferta viene del Real Madrid. Pero, claro, nadie da duros a tres pesetas y los clubes quieren rentabilizar sus inversiones. Con todo y eso le hacen una oferta en la que dentro de dos años puede irse a la NBA por una cantidad relativamente asequible. Sin embargo, el jugador dice que no quiere moverse de Barcelona (antes quería irse a EEUU y ahora no quiere ir a Madrid ¿?), intentando forzar al club a traspasarlo al FC Barcelona. Villacampa (ejemplo de compromiso con los colores de un club) dice que la cláusula está para respetarla y que no puede aceptar la oferta del Barça, pues la del Madrid es mejor. Lógico, él debe mirar por los intereses de un club que tiene la mejor cantera de Europa y que todos tratan de esquilmar, antes que por los de un jugador que ha “jugado”, perdón por la redundancia, sucio con el club.
Porqué nadie habla de lo que pasó con Rudy. Acaso no se fue a la NBA sin ningún conflicto con el club. ¡Ah!… - dirán algunos - es un caso diferente. Claro, ambas partes cumplieron lo que habían pactado de mutuo acuerdo y con buena fe.
En fin, me duele que un gran jugador y un gran club, posiblemente por intereses que nada tienen que ver con el baloncesto, acaben de esa manera. No es la mejor tarjeta de presentación para el futuro de Ricky. Ahora a los clubs les costará fiarse de un jugador (o de su entorno), que cambia como las veletas según de qué lado sople el viento.
Que el calor no les afecte demasiado. Bye.