Escribí hace algunos años, cuando LeBron James y Carmelo Anthony acababan de aterrizar en la NBA, que me inclinaba más del lado del segundo. Puede que no sea tan espectacular como James, pero a mi me parece más completo. Ha estado unas cuantas temporadas un poco tapado, más que nada por el propio equipo de Denver que no acababa de definirse. Sin embargo, esta temporada está callando las pocas voces que aun desconfiaban de él. Me congratula haber acertado.
Y que decir de Pau. Ayer hablaba aquí de su hermanito y hoy no tengo más remedio que rendirme, una vez más, ante la grandeza de este fenómeno. Aquellos que piensan que no es decisivo en su equipo que miren los números de Los Lakers con él y sin él. NO hay más que hablar.
Al que parece no irle tan bien es a Rudy. Hace unas fechas él mismo decía que no sabía muy bien cual era su papel en el equipo y creo que tenía razón. Su entrenador no se aclara y me da la impresión, ojalá me equivoque, de que, poco a poco, lo va a ir relegando (ya casi está) a un papel muy secundario. Me gustaría que algún día apostara por él como primera o segunda opción en ataque, quizá así se diera cuenta del pedazo jugador que tiene. Pero claro, en la NBA, a veces, se reparten los papeles en función no sólo del juego, sino de otros aspectos como marketing, etc.
Con todo y eso, qué apasionante es el baloncesto.
Mañana más. Salud.
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