Llega el "basquet" y la ÑBA sigue a lo suyo que no es otra cosa que aplastar a todo el que se pone por delante.
Cambiamos de entrenador, Pau se lesiona y..., como si nada. Llega su hermanito, cada día, valga el simil pugilístico, más fino estilista, y en plan "me sobra una mano" se lleva de calle a los pivots contrarios.
Dependiendo del base que esté en pista tenemos variantes de velocidad, defensa y transición de ataque. Vamos, un lujo asiático. Y, además, a un Navarro excelso. ¡Qué bien me suena esto!
Pero lo mejor, a mi corto entender, es que en ese grupo hay un sentido de unidad y de amistad que no tiene ninguna otra selección y, puestos a decir, casi ningún equipo del mundo.
Que esto siga así, cosa que no dudo.
Salud.
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